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viernes, 19 de marzo de 2010

Filatelia

Los sellos son una de mis pequeñas pasiones, una afición que me contagió mi padre sin saberlo.

Mi padre desde años antes de casarse con mi madre ya coleccionaba sellos. Siempre le recuerdo enfrascado entre sus álbumes y sus catálogos de sellos. Recuerdo cómo medía el dentado del sello, los separaba por países y por años y los guardaba en el álbum correspondiente.

Ahora sigue haciéndolo, pero no porque los coleccione, sino porque los vende... Hace unos años decidió que se iba a quedar con unos poquitos (más los que quisiéramos mi hermano, mi madre y yo) y el resto los pondría a la venta.

¿Cómo empecé a coleccionar sellos yo? Fácil... Cuando mi padre descubría un sello al que le faltaba un diente o que estaba un poco rajado, etc., lo dejaba aparte y cuando terminaba de comprobarlos todos, me llamaba y me encargaba que tirara esos sellos. A mí, una cría que no llegaba siquiera a adolescente aún, esos cuadraditos con dibujos me llamaban la atención, así que en vez de llevarme esos sellos a la basura, los iba guardando en un tarjetero. No recuerdo cuándo me dio mi primer álbum de sellos, creo que fue cuando me dio un par de álbumes con sellos de dibujos de Disney y yo empecé a pedirle también sellos de gatos y perros.

Tampoco recuerdo cuándo me regaló mis primeras pinzas para los sellos (instrumento imprescindible para evitar dañar la goma) o cuándo me enseñó a comprobar si tenían filigrana o si eran fluorescentes. Aún sigue fascinándome cómo es capaz de decir el país y el año de un sello después de echarle un vistazo cuando no hay apenas pistas en el mismo.

Todavía hoy mi padre sigue guardándome los sellos de gatos y perros que sabe que no tengo. Si tiene dudas, o bien me los deja para que lo compruebe y los ponga en su sitio o coge mis álbumes y se dedica a ello. Así fue como un día cogió el álbum que actualmente tengo como mi "Museo de los horrores", en el que guardo aquellos primeros sellos rotos y sin valor ninguno más que el sentimental con que me inicié en el mundo de la filatelia. Obviamente flipó XD Ahora tanto él como mi hermano (que es quien últimamente le ayuda con la tienda) también me guardan los sellos heridos de muerte, a los que saben que tengo un cariño especial.

También hay que decir que mi concepto de "gatos y perros" se ha ampliado bastante... Ahora incluye pandas, dragones, delfines... O, en fin, cualquier sello que me llame la atención... Tengo la coña de señalar un sello que me guste y decir "mira, un gatito", cuando digo esa frase, ellos me dicen directamente que si me gusta, que lo coja y me lo lleve.

Aún no me explico cómo la tienda le da beneficios... El día que me diga que tengo que pagar por cada serie que me agencie, mal vamos XD

Después de contar mis inicios en el mundo filatélico, aprovecho para hacer publicidad y dejo la dirección de la tienda de mi padre: Pedro Alcaraz en Todocolección.

3 personas salieron a descubierto.

  1. gatos y perros... ¿por qué será que todo tiene sentido? :D

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  2. Es que como los gatitos y los perritos no hay nada... XD Besitos!!

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  3. Yo de peque coleccioné sellos durante un par de años... era un palo. Aun los guardo en algún cajón

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